20.9.13

-Agresión sexual: una realidad difícil de aceptar-


Hoy tenía planeado escribir un artículo muy diferente, pero a veces hay cosas que se cruzan en nuestro camino y no podemos pasarlas por alto. Esta mañana mientras desayunaba y chusmeaba algunas cosas en internet me crucé con el Proyecto Irrompible. El proyecto fue ideado en octubre de 2011 por la fotógrafa Grace Brown, quien tenía 19 años en ese momento. Su idea es crear conciencia acerca de la agresión sexual, y lo hace fotografiando sobrevivientes de abusos sosteniendo carteles con las palabras de sus violadores. Desde que comenzó, miles de personas se han sumado a su propósito y han posado para ella o enviado sus propias fotos para hacer escuchar sus voces.

"Shh... linda... se va a terminar rápido"
-Mi primer agresor, mientras 4 otros rodedaban la cama,
esperando su oportunidad.

"No fue violación. Estabas siendo provocadora"

Puedo decirles que pasé más de una hora pasando página tras página de fotos. Y puedo decirles que se me rompió el corazón con cada una de ellas. El dolor, la angustia y la furia que estos eventos me causan es indescriptible, y debería serlo para todos. No concibo un mundo en el que esto no sea así. Y sin embargo, claramente lo es. 1 de cada 3 mujeres sufre algún tipo de abuso sexual a lo largo de su vida. Es indignante. Es increíble. Pero lo peor es que las estadísticas que tenemos sobre el tema pueden ser desacertadas porque muchas de estas agresiones no son denunciadas. ¿Y cómo podríamos culpar a las víctimas por mantener su silencio? Sólo un pequeño porcentaje de las denuncias terminan en la condena del atacante, y mientras tanto la mujer debe soportar el escrutinio de su vida y sus declaraciones sobre el hecho con una lupa maliciosa que parece buscar culparla por lo ocurrido. Es un proceso extenuante para alguien que ya trata de recuperarse de un trauma físico y psicológico.

Las historias que leí en Proyecto Irrompible son terribles. Niñas pequeñas siendo abusadas por sus familiares más cercanos, traicionadas por quienes más deberían cuidar de ellas. Mujeres siendo asaltadas por amigos de confianza, novios o maridos. Lesbianas que se cruzaron con un hombre que quería “hacerlas cambiar de opinión”. Adolescentes emborrachadas o drogadas y violadas en grupo. Y las actitudes de los agresores también tienen muchas variantes: van desde la crueldad absoluta y la denigración total de la mujer hasta indiferencia por lo que ocurrió o promesas de amor hacia su víctima. Les debo todo mi respeto y admiración a las mujeres que pasaron por esta experiencia y lograron sobrevivir y construir una buena vida para ellas mismas.

"Juguemos a la familia y vos actuás como mi esposa" -dijo él.
¡Yo tenía seis años!

Sin embargo, lo que más me indigna y me llena de rencor son las actitudes de muchas personas que entran en contacto con las sobrevivientes. Vivimos en una cultura que nos dice que si una mujer es violada, o agredida en alguna forma, se lo estaba buscando. El famoso “algo habrá hecho” es una frase lamentable que lo único que hace es culpar a la víctima por algo que otro hizo y sobre lo que ella no tuvo ningún control. ¿Realmente alguien puede pensar que una mujer va por la vida buscando que la violen? ¿Qué por usar determinada ropa, hablar con determinadas personas o ir por determinados lugares, estamos invitando a que nos invadan de la forma más íntima posible y causen un daño que siempre va a quedar en nosotras? Esas actitudes son las que logran que las mujeres se sientan avergonzadas por algo que se les hizo A ELLAS, y que no denuncien a quienes las agredieron. Esas actitudes son las que permiten que vivamos en un mundo en que una mujer no se puede sentir a salvo en ningún momento.

Hace años estaba sentada en una confitería y dos mujeres estaban hablando cerca de mío. Una de ellas le contó a su amiga que fue a un centro de ayuda a mujeres a denunciar que su marido (aparentemente mayor que ella) la violó, pero que seguía con él porque no tenía adonde más ir. La respuesta de la representante del centro fue algo como “Y si ya se quedó con él, aguántelo y listo, ¿cuánto tiempo le puede quedar?” ¡Se supone que esta gente está entrenada para tratar con víctimas de abuso! ¡Para darles contención y apoyo hasta el máximo de sus esfuerzos! Aunque no conocía a esas mujeres, es algo que me quedó grabado en el alma. Escuché de policías no tomando denuncias de violación porque la víctima estaba intoxicada, doctores y enfermeras cuestionando la veracidad de una agresión incluso ante evidencia física, familiares y amigos culpando a la víctima y aconsejándole no decir nada para no traerle problemas a su agresor y evitar que ellas mismas sean consideradas prostitutas o mujeres fáciles.

"Debés tener muy mal karma de una vida pasada" -Una enfermera.

Está en nosotras frenar esto. Nosotras podemos y debemos demostrar nuestro apoyo a las mujeres que valientemente sobrevivieron a un asalto. La agresión sexual ocurre porque una persona goza al ejercer control sobre otra. Punto. Dejemos de buscar razones en lo que la víctima dijo o hizo. DEJEMOS DE CULPAR A LA VÍCTIMA.

Cuéntenme sus opiniones sobre este tema. ¿Conocen a alguna sobreviviente de un ataque sexual? ¿Cómo lo enfrentaron?


-Gi-


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